sábado, 4 de septiembre de 2010

Sembraré

Si mi corazón, de ilusiones
y esperanzas llenas
o en mi alma, espinas siembras.

Como si fueran semillas
para mi huerto,
en tu alma sembraré mis poemas,
para que florezcan con la luz del sol.
Para que de vez en cuando
los mires, los huelas, los sientas,
los escuches y los degustes.


Para que en ellos veas,
como danzo ante tu hoguera,
y como tiemblo ante tu ausencia.


Para que huelas el dulce perfume de mis violetas,
o el amargo vino de mi indiferencia.

Para que escuches, el alegre susurro de mi agua fresca,
o el triste canto de mi tormenta.


Para que sientas, la embriaguez de mis tiernos besos,
o el dolor del rechazo de mi cuerpo.
Y degustes, el fulgor matinal del rocío de mi boca,
O la sal del agua de mis olas locas.


En tu alma sembraré mis poemas
para que florezcan con la luz del sol.
Para que cuando sientas que la vida se hunde,
y el mundo a tu lado se derrumba,
con uno solo de mis versos,
puedas recobrar la fe del corazón.

En tu alma sembraré mis poemas
para que florezcan con la luz del sol
y así sepas que existe un mundo más allá de lo real,
para que nunca olvides que
conociste a una mujer
trashumante, arquitecta de quimeras,
y mercadera de la vida, del llanto y del dolor.

Que conociste a una mujer

vendedora de sueños y utopías;
una mujer con desconocida esencia,
que con sus sueños pretendió armonizar el cielo con la tierra.




Tomado del libro "Amor y Cielo -Poemas y Sentidos-"

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